De este modo, a partir del 28 de diciembre de 2024 todos los cargadores de teléfonos móviles, tabletas, cámaras, auriculares, altavoces o videoconsolas portátiles, entre otros dispositivos, deberán ser de tipo C para ofrecer una “mayor comodidad al usuario”.
Además, se establece la posibilidad de adquirir estos equipos sin el dispositivo de carga, algo que Escrivá ha subrayado que redundará en una reducción de los residuos electrónicos, con el consecuente impacto medioambiental.
No obstante, la modificación del reglamento estipula que en el caso de los ordenadores portátiles la obligación entrará en vigor en abril de 2026, según Europa Press.