Evitar esa fuga, intentar ponerle algún freno a esa salida millonaria de dólares e incrementar el fondo de divisas resultan las razones del cambio. Una decisión, según el ministro de Economía y Planificación muy bien pensada, coherente, equilibrada, consultada y hasta vista con expertos y también la Academia.
Economistas, entretanto, cruzando espadas porque cada cual se cree dueño absoluto de la verdad en los números y en la estrategia a seguir para levantar la riqueza nacional.
Al parecer, la gente se lo está pensando, rumiando el cambio, sacando cuentas, imaginándose cosas que ni el mismísimo Nostradamus se hubiera tomado el tiempo para pronosticar porque lo cierto es que en el primer día de convocatoria no fue tan tumultuaria la presencia en los bancos. Es más, nula la asistencia de alguien en uno de ellos con tan siquiera 40 dólares para vender.
Tendrá que pasar el tiempo para observar los resultados definitivos. El “informal” ha comenzado a pujar.