Ni sanidad, ni educación y apenas economía. Estas dos últimas semanas la campaña ‘oficial’ -con la otra llevamos ya meses- ha girado en torno a cuestiones como ETA de la mano del PP. En especial de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien ha vuelto a situar a Pedro Sánchez como su rival electoral, y eso que este último no lidera ninguna lista. Una línea argumental que ha obligado a su jefe de filas a abordar esta cuestión a regañadientes. Una vez más, la dirigente autonómica ha marcado la agenda a Feijóo.
Dejando de lado el tema de ETA, los populares han hecho bandera de la necesidad de poner fin al ‘sanchismo’. A imagen y semejanza de ‘Yo o el caos’, el PP ha llamado a la ciudadanía a mostrar en las urnas su descontento con el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos. Génova quiere teñir de azul el mapa de España en estos comicios como prólogo a las generales.
Frente a esto, Pedro Sánchez se ha echado al PSOE a su espalda y ha desplegado toda una serie de anuncios sociales aprobados en lo que se ha venido a denominar como ‘martes electorales’. La medidas anunciadas en los mítines se aprobaban días después en las reuniones del Consejo de Ministros.
Así ha pasado, por ejemplo, con la bonificación para mayores de 65 años para que las entradas de cine les cuesten 2 euros los martes o el reparto para las comunidades de 580 millones para la mejora de infraestructuras y equipamiento en la Atención Primaria.
Podemos, por su parte, ha presumido de hacer que la Ley de Vivienda, que este viernes entró en vigor, sea una realidad frente a los obstáculos, afirman, puestos por el ala socialista del Ejecutivo. En el caso de la formación morada su reto para estos comicios es ser decisivos. Lograr que la derecha no acceda al poder. Algo que parece complicado, por ejemplo, en Madrid.
La Comunidad de Madrid, junto a la Generalitat Valenciana y la Alcaldía de Barcelona, han acaparado la batalla política estos días. Los resultados que salgan de estas plazas serán analizados por lupa por las direcciones nacionales, que podrán presumir de victoria, o no, según lo que dicten las urnas. ¿El resultado? Dentro de poco lo sabremos.