“En los últimos días, hemos asistido a una serie de declaraciones por parte de algunos actores políticos e, incluso, de miembros del Gobierno, que vienen a cuestionar el papel del empresariado con una agresión directa a la que se ha llegado a poner nombre propio”. Así arranca el comunicado emitido por la CEOE, en el que asegura que “estos ataques” van contra “trabajadores autónomos, comerciantes y agricultores, pequeñas y medianas empresas y, también, grandes empresas”.
“Todos ellos forman parte del tejido empresarial y ejercen legítimamente su actividad desde la libertad de empresa que la Constitución española les reconoce”, remarca.
Tras incidir en que la Constitución “ampara la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado y exige a los poderes públicos necesaria garantía y protección en su ejercicio”, la patronal defiende que “es en estos momentos complicados, que también sufren las empresas, cuando los responsables políticos deben ser capaces de dar respuesta a las enormes dificultades que atraviesan los ciudadanos”.
“Pero no con consignas sino con reformas. Y no con ataques a los empresarios que afectan a la convivencia, a la estabilidad del país y la confianza, sino con llamamientos al acuerdo”, remarca.
Por ello, la CEOE “condena y lamenta profundamente la injusta estrategia de desprestigio y descalificación que están sufriendo las empresarias y empresarios españoles, curiosamente intensificada en este inicio de año electoral”. Según advierte, “seguirá insistiendo en que es un grave error dirigir la atención de la opinión pública hacia los empresarios, culpabilizándoles de determinados problemas económicos, en lo que consideramos es una estrategia peligrosísima de claro corte populista”. Eso sí, no da nombres. Ni el del citado Roig, al que defiende, ni el de Podemos, a quien critica.
La patronal expone que “echamos en falta que determinadas fuerzas dentro del Gobierno se comprometan con la gestión de los problemas más importantes que arrastra la economía española”.
Dicho esto, ensalza el papel de las empresas, que “están detrás de ocho de cada diez empleos y han dedicado todos sus esfuerzos a mantenerlos durante la crisis desatada por la pandemia de la Covid-19”. “Ahora”, continúa, “con la guerra de Ucrania, cuando se han disparado sus costes al tiempo que subía la inflación, que también están sufriendo las empresas, están haciendo un esfuerzo por no repercutirlos en su totalidad en los precios finales, mientras el mercado laboral se sostiene, a la vista de los últimos indicadores publicados”.
“Hay que tener en cuenta, además, que para sostener esta contribución y para aumentarla en beneficio de todos es preciso que las empresas sean competitivas. Posicionarse en contra y no junto a las empresas y adoptar decisiones que suponen obstáculos a su desarrollo es ir en contra de esa dinámica económica”, apunta.
Ante esto, reclama “respeto” para los empresarios “lejos de las difamaciones a las que estamos asistiendo”. “Una vez más, tendemos nuestra mano para dejar a un lado la crispación, que algunos parece que están buscando, y afrontar el momento actual desde la moderación y el espíritu constructivo”.
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