Según los cálculos de estas tres organizaciones, una aceleración de la fabricación y el reparto de suficientes dosis de vacunas con los países de bajos ingresos podría haber añadido 38.000 millones de dólares a su PIB previsto para 2021 si tuvieran tasas de vacunación similares a las de los países de altos ingresos.
«En un momento en el que los países más ricos han pagado billones en estímulos para apuntalar las economías debilitadas, ahora es el momento de garantizar que las dosis de vacunas se compartan rápidamente, que se eliminen todas las barreras para aumentar la fabricación de vacunas y que se garantice el apoyo financiero para que las vacunas se distribuyan de forma equitativa y se pueda producir una verdadera recuperación económica mundial», defienden.
En este sentido, alertan de que «un precio elevado por dosis en relación con otras vacunas y los costes de distribución, incluido el aumento del personal sanitario, podría suponer una enorme presión sobre los frágiles sistemas sanitarios y socavar la inmunización rutinaria y los servicios sanitarios esenciales, y podría provocar picos alarmantes de sarampión, neumonía y diarrea».
«También existe un riesgo claro en cuanto a las oportunidades perdidas para la expansión de otros servicios de inmunización, por ejemplo, el despliegue seguro y eficaz de las vacunas contra el VPH. Los países de bajos ingresos necesitan un acceso oportuno a las vacunas a precios sostenibles en el acceso a las vacunas y un apoyo financiero oportuno», añaden al respecto.
Según esta estadística, que se basa en datos de múltiples entidades, entre ellas el FMI, el Banco Mundial, UNICEF y Gavi, y en el análisis de las tasas de crecimiento del PIB per cápita del World Economic Outlook, se prevé que los países más ricos vacunen más rápidamente y se recuperen económicamente más rápido de la COVID-19, mientras que los países más pobres ni siquiera han podido vacunar a sus trabajadores sanitarios y a la población más expuesta, y es posible que no alcancen los niveles de crecimiento anteriores a la COVID-19 hasta 2024.
«La inequidad en materia de vacunas es el mayor obstáculo del mundo para poner fin a esta pandemia y recuperarse de la COVID-19. Desde el punto de vista económico, epidemiológico y moral, lo mejor para todos los países es utilizar los últimos datos disponibles para poner a disposición de todos las vacunas que salvan vidas», ha defendido el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
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