Los préstamos apalancados, debidamente empaquetados en ‘collateralized loan obligations’ o CLO, han proliferado en los rincones más recónditos de los mercados en los últimos años al calor de los tipos ultrabajos. Los inversores siempre ávidos de rentabilidad apostaron por estas titulizaciones y ahora que empiezan a verse señales de desaceleración económica una cantidad ingente de deuda basura podría verse en apuros.
Según datos recopilados por Bloomberg, los préstamos vinculados a más de 50 empresas han perdido al menos diez puntos porcentuales de valor nominal en solo tres meses. Algunos han caído mucho más, y los prestamistas han tenido suerte de recuperar solo dos tercios de su inversión al intentar vender.
En un momento en que la economía empieza a dar claros síntomas de desaceleración, la lista está creciendo a medida que las entidades y los evaluadores de crédito pierden la paciencia con unos prestatarios que asumieron montañas de deuda para financiar compras de capital privado, dividendos y otras transacciones que no se tradujeron en una mejora de las ganancias.
Las empresas abarcan diversos sectores, desde energía hasta atención médica y comunicaciones. Según la agencia estadounidense, los mayores perdedores incluyen Amneal Pharmaceuticals LLC, cuyo préstamo de 2.700 millones de dólares con vencimiento en 2025 se ha hundido a unos 80 centavos por dólar, y Seadrill Operating LP, cuyo préstamo de 2.600 millones de dólares con vencimiento en 2021 alcanza alrededor de 53 centavos. Las mayores pérdidas en términos de valor total afectan a Deluxe Entertainment Services Group Inc, cuyo préstamo cayó 77 centavos en tres meses hasta apenas 12,5 centavos, una pérdida sobre el papel de más de 600 millones de dólares.
Todavía no se puede hablar de un apocalipsis completo para el mercado de préstamos apalancados con calificación de bono basura, que totaliza 1,2 billones de dólares. Pero sí refleja un cambio en el sentimiento, y tal vez un riesgo de mercado latente, ya que la especulación sobre una recesión estimula a los inversores a huir de nombres inestables, señala Bloomberg.
Algunas caídas vienen de la mano de recortes en las calificaciones de las empresas hasta ‘CCC’. La mayor parte de los CLO no pueden tener en su cartera más de un 7,5% de préstamos con esta calificación, lo que puede desencadenar una nueva oleada de ventas si la ralentización económica se agudiza.
El mercado de CLO se ha multiplicado en los últimos años a medida que los inversores han buscado mayores rendimientos, convirtiéndose en los mayores tenedores de préstamos a empresas calificadas como bono basura. Están aumentando las preocupaciones sobre cómo reaccionarán las estructuras que poseen gran parte de la deuda corporativa de EEUU si se produce una recesión y se producen más rebajas de rating.
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