«El verdadero temor que tengo es que la solidaridad europea se vea sometida a una gran tensión si no lo solucionamos antes de que se produzca la situación», ha asegurado Krebber al diario Financial Times. En este sentido, ha señalado que países como Alemania y Holanda, que importarán gas a través de buques, podrían ser acusados de acaparar el combustible si las empresas y los hogares no reciben el mismo trato en todos los Estados miembros.
RWE se ha visto afectada por el drástico recorte de suministro de gas de la rusa Gazprom que ha llevado a Berlín a poner en marcha un plan de emergencia en virtud del cual se reabrirán las centrales eléctricas de carbón paralizadas para reanudar cuanto antes la regeneración de electricidad. Actualmente, RWE solo recibe un 40% del gas que tiene contratado con Rusia.
RACIONAR EL SUMINISTRO
Los comentarios de Krebber ilustran los temores en la UE de que sea necesario racionar el suministro de gas este invierno. La Agencia Internacional de la Energía advirtió esta semana que Europa debe prepararse para un cese total del gas ruso, ya que Moscú toma represalias contra las sanciones impuestas tras la invasión de Ucrania.
Ayer, Alemania dio un paso más hacia el racionamiento, activando la fase dos de su plan de emergencia y advirtiendo de que tendrá dificultades para llenar los almacenes de gas, algo necesario para satisfacer la demanda en invierno si no se reestablece el suministro ruso.
La Comisión Europea tiene previsto elaborar un plan de solidaridad paneuropeo para asegurar la llegada de gas a todos los países, que mitigue las consecuencias económicas y sociales de una posible emergencia. Según FT, que cita a fuentes diplomáticas, dicho plan estaría listo a finales de julio.
Krebber ve necesario establecer un marco a escala europea que garantice la llegada de suministros a países como República Checa y Hungría, asegurando al mismo tiempo la equidad en la definición de clientes prioritarios de cada país. De lo contrario, apunta el CEO de RWE, los operadores de las redes de transporte no sabrán en qué basarse para decidir cuánto gas conservar y cuánto gas enviar a otros países.
HOMOGENIZAR LOS CRITERIOS EN TODOS LOS PAÍSES
Krebber considera necesario homogenizar las normas en todos los Estados de la UE sobre lo que debe tener prioridad en caso de una grave escasez de gas. El sector teme que se produzca una crisis política si los países tienen diferentes límites de calefacción para los edificios públicos o criterios para priorizar el suministro de gas en caso de crisis.
Italia introdujo en abril topes a la demanda de calefacción y refrigeración: los edificios públicos no pueden calentarse por encima de los 19 grados centígrados en invierno ni enfriarse con aire acondicionado por debajo de los 25 grados en verano. La mayoría de los países de la UE aún no han aprobado restricciones de este tipo, pero será más probable que lo hagan si Rusia cierra el grifo.