Patricia Ramírez, madre del pequeño Gabriel Cruz, asesinado en Almería en 2018 por Ana Julia Quezada, ha expresado su preocupación por la tendencia de los contenidos de ‘true crime’ a centrarse en los asesinos, llegando incluso a romantizarlos, y dejando de lado el sufrimiento de las víctimas.
«No son crímenes reales, sacan lo que vende y entretiene»
Durante su participación en el coloquio ‘True crime: ¿Dónde está el límite?’, celebrado en el Teatro Calderón de Valladolid en el marco de la octava edición del Foro de la Cultura, Ramírez señaló que lo que se comercializa bajo el nombre de ‘true crime’ «debería atender a la realidad de los hechos y del crimen». Sin embargo, lamentó que «ponerse en el lugar de la víctima genera dolor y no interesa».
«Se pone mayor peso en el asesino e incluso se romantiza», denunció Patricia Ramírez durante el coloquio
«El dolor de la víctima no interesa»
En este sentido, la jurista y criminóloga Paz Velasco, también presente en la charla, añadió que la curiosidad es una de las razones por las que se consume ‘true crime’, «pero a veces se sobrepasan unos límites que vulneran derechos». Velasco destacó que «un mal ‘true crime’ genera amarillismo, cuenta detalles que no son necesarios y alimenta el morbo», evidenciando una falta de empatía hacia las víctimas.
«Un mal ‘true crime’ genera amarillismo y alimenta el morbo», afirmó Paz Velasco
«Nos han desprovisto del derecho a reírnos»
Ramírez compartió su experiencia personal, confesando que tiene «miedo» a salir a una cafetería y reírse, por temor a ser juzgada, como si no tuviera derecho a ello. «A las víctimas las han desprovisto de poder reírse o estar tranquilas, como si la pena no la llevaran dentro», afirmó.
«Tengo miedo a salir y que la gente me señale porque no tengo derecho», expresó Ramírez sobre su experiencia tras la tragedia
«Se vende un producto que hizo mucho daño»
La madre de Gabriel Cruz criticó que se comercializa un producto que en su momento causó mucho daño, con el objetivo de obtener beneficios económicos. Subrayó que, aunque el nombre de la víctima aparece frecuentemente en el título del ‘true crime’, posteriormente se la menciona de manera despectiva o superficial.
«Se vende un producto que en su momento hizo mucho daño para sacar dinero», enfatizó Ramírez.
«Un mal ‘true crime’ genera amarillismo»
Velasco concluyó que existen buenos ‘true crime’ que logran cambios positivos en la sociedad, pero advirtió que aquellos mal elaborados fomentan el sensacionalismo y la falta de respeto hacia las víctimas, enfatizando la necesidad de una mayor empatía y responsabilidad en la producción de estos contenidos.
«Hay buenos ‘true crime’ que consiguen cambios en la sociedad», reconoció Velasco, diferenciando entre contenidos responsables y aquellos que solo buscan el sensacionalismo.