Los datos de la Oficina Federal de Estadística sugieren nuevos desafíos para la alicaída economía alemana, que ha luchado por recuperarse de años de altas subidas de precios tras la pandemia del coronavirus y la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022.
Con el coste de la energía disparado, Alemania vio cómo la inflación alcanzaba el 6,9 % en 2022 y se mantenía en el 5,9 % en 2023, las tasas más altas desde la reunificación en 1990.
Aunque la cifra anual para 2024 se estabilizó en el 2,2 %, la estimación de diciembre sigue a las señales de advertencia de principios del otoño europeo, cuando los precios al consumo repuntaron desde el mínimo del 1,6 % registrado en septiembre.