La OCDE ha registrado subidas de inflación en 14 de los 38 estados, de los que nueve se anotaron caídas superiores al 0,5%. En este sentido, los precios acusaron una importante disparidad entre miembros de la OCDE, con cifras de deflación en Costa Rica (-3,3%), pero de inflación superiores al 15% en los casos de Turquía y Hungría.
Entre los países de la OCDE, las mayores cifras de inflación en julio correspondieron a Turquía (58,9,8%), Hungría (16,4%) y Colombia (11,4%), mientras que las menores subidas interanuales de los precios se registraron en Suiza (1,6%), Dinamarca (2,4%) y España (2,6%).
El avance de la inflación general se debe a la ralentización del declive en los precios de la energía, que, aun así, continuaron en terreno negativo con un -1,4% frente a la disminución del -7,5% anterior.
La inflación energética creció entre julio y agosto en 25 de los países analizados, con Canadá, Francia, Corea y Turquía apuntándose incrementos de 10 puntos o más. No obstante, siguió siendo negativa en 22 de los 38 países miembros de la OCDE.
Después, el coste de los alimentos prosiguió con su moderación, pero a menor ritmo que en otros meses, hasta el 8,8%, por debajo del 9,2% de julio.
En consecuencia, la variable subyacente, que excluye de su cálculo los alimentos y la energía por su mayor volatilidad, escaló al 6,8%, una décima más.
En el caso de España, la evolución de los precios energéticos y de los alimentos fue del -21,5% y del 10,5%, respectivamente. Así, el índice subyacente fue del 4,8%, sin cambios desde el séptimo mes del año.