La inflación de los alimentos en la OCDE siguió desacelerándose, alcanzando el 6,7% en diciembre, frente al 7,1% en noviembre, mientras que la inflación energética en la OCDE fue negativa por octavo mes consecutivo.
De este modo, la inflación subyacente, que excluye el efecto de la volatilidad de la energía y de los alimentos, se mantuvo prácticamente estable en el 6,7% en el último mes de 2023 tras ceder una décima.
Según el ‘think-tank’ de las economías avanzadas, la tasa de inflación cayó en 21 países, mientras que aumentó en 14 y se no registró cambios en otros tres. Las mayores subidas de los precios entre los países del G7 se observaron en Estados Unidos (4,2%), Japón y Reino Unido (3,7%), e Italia y Alemania (3,4%), mientras que los precios avanzaron de forma más contenida con un 2,6% y un 0,6% en Francia y Canadá, respectivamente, según Europa Press.