Bernabé, la mañana de ese martes, anuló su agenda y un viaje previsto al recibir la alerta roja de AEMET a las 7 y media de la mañana. Ante esto, reunión a la UME, a la Guardia Civil, a los responsables de carreteras del Estado y a su unidad de Protección Civil para tenerlos a todos activados. Asimismo, según detalla el citado medio, mantuvo una reunión telemática a las 09:30 horas con alcaldes de la zona de riesgo pese a no ser su competencia, para comunicarles la alerta.
Tras recibir minutos después de las 12 horas, como el resto de las instituciones, el aviso de la Confederación Hidrográfica del Júcar del riesgo de desbordamiento de los barrancos Magro y Poyo, llama por primera vez a la consellera de Justicia, Salomé Pradas, responsable del área de emergencias. Son las 12:23 de la mañana del martes. Bernabé le comunica que la situación se está agravando, que los medios del Estado están para lo que necesite, que le pida lo que sea, que ya ha hablado con la UME y que están preparados.
Sin embargo, ignora este ofrecimiento. La consellera responde a la delegada del Gobierno que están en contacto y que se va a reunir de forma inmediata con su equipo de emergencias en el centro de l’Eliana.
Antes de las 13 horas, a las 12:48, se produce una segunda llamada. La respuesta de Pradas es la misma. Y se produce una tercera llamada con igual resultado.
Finalmente, hay una cuarta comunicación telefónica entre la delegada del Gobierno y la consellera de Justicia, y es en ese momento cuando Salomé Pradas le pide activar la UME, pero solo para el municipio de Utiel, detalla la SER.
Posteriormente, la consellera convoca al centro de coordinación de emergencias CECOPI para las cinco de la tarde, en una reunión en la que no se toman decisiones y en la que no está el presidente de la Generalitat, Carles Mazón, quien no canceló su agenda política estaba en una comida privada. Esto provocó que llegara casi dos horas después de comenzar el CECOPI.