Sin embargo, existen notables diferencias entre países del bloque comunitario. En siete de ellos al menos una quinta parte de los ciudadanos se enfrenta a este riesgo: Rumania (23,8%), Letonia (22,9%), Bulgaria (22,6%), Estonia (21,7%), España (20,6%), Lituania (20,5%) e Italia (20,1%). Por el contrario, el menor riesgo de pobreza se registró en Chequia (10,1%), Finlandia (11,6%), Eslovenia, Hungría (ambos 12,0%) y Eslovaquia (12,2%).
Esta medida de pobreza relativa puede contrastarse con la información sobre las personas en el extremo superior de la distribución de ingresos, medida por el porcentaje de la población con unos ingresos que son al menos el 130% de la media en el país. Las desigualdades son generalmente bastante grandes en los países del Báltico, los Balcanes y el Mediterráneo, reflejando los resultados para el riesgo de pobreza; en otras palabras, existe una situación polarizada con altos porcentajes de personas en riesgo de pobreza y de personas que ganan considerablemente más que el nivel medio.
Es el caso de España, por ejemplo. El porcentaje de población en riesgo de pobreza es del 20,6%, muy por encima de la media europea (16,4%); pero también está por encima el de personas con ingresos un 30% superiores a la media: un 32,5% frente a un 28,7%.