La decisión se confirmará en la asamblea del partido del 11 de enero.
Durante las dos últimas semanas, el SPD debatió públicamente si el ministro de Defensa, Boris Pistorius, mucho más popular, debía sustituir como candidato a Scholz, quien a comienzos de noviembre se enfrentó al fracaso de su gobierno de coalición con verdes y liberales.
Pistorius renunció a una candidatura el pasado jueves, allanando el camino para la nominación de Scholz. En el SPD, sin embargo, el tema de la candidatura sigue teniendo repercusiones.
En el congreso nacional de las Juventudes Socialistas (Juso), la rama juvenil del SPD, la dirección del partido fue duramente criticada el fin de semana. El líder de Juso, Philipp Türmer, acusó a los jefes del partido, Saskia Esken y Lars Klingbeil, de fracaso en el liderazgo.
Esken reconoció entonces: «No, realmente no presentamos una buena imagen al designar a nuestro candidato a canciller».
Klingbeil, por su parte, defendió a la jefatura. «Mi pretensión de liderazgo es que se escuche al partido, que se celebren debates, que se piense en diferentes escenarios», señaló a la radioemisora Deutschlandfunk. Al mismo tiempo, pidió a los socialdemócratas que se enfoquen en las elecciones del 23 de febrero.
Tras la nominación, la candidatura de Scholz a canciller aún debe ser confirmada en la asamblea partidaria del 11 de enero. Se trata de una formalidad. Sin embargo, Scholz tendrá que medirse con su resultado de mayo de 2021, unos cuatro meses antes de las elecciones generales. Entonces, el actual canciller fue confirmado con el 96,2 % de los votos.
En aquel momento, el SPD obtenía entre el 14 % y el 16 % de los votos, como ahora. No fue hasta que se vieron las imágenes del candidato a canciller de la alianza conservadora CDU/CSU, Armin Laschet, riéndose mientras visitaba el catastrófico escenario de las inundaciones en el valle del Ahr cuando las cosas dieron un vuelco. El SPD se convirtió en la fuerza más fuerte, con un 25,7 %.
El SPD espera que los conservadores cometan errores también esta vez. El partido quiere centrar la campaña electoral en el debate entre Scholz y el candidato de la CDU/CSU, Friedrich Merz. Los socialdemócratas lo acusan de fomentar políticas retrógradas y quieren apuntar sobre todo hacia la experiencia de gobierno y la seguridad en el manejo de temas de Scholz.
En las encuestas, sin embargo, el canciller sigue saliendo peor parado que Merz en cuanto a índices de popularidad. En el actual barómetro político de la cadena pública ZDF, ocupa el séptimo lugar y Merz el quinto, mientras que el ministro de Defensa Pistorius es el indiscutible número 1. Sin embargo, los datos se recogieron antes de la decisión que Pistorius dio a conocer el pasado jueves.
Scholz es el tercer candidato a canciller presentado para las elecciones del 23 de febrero, tras el conservador Merz y el vicecanciller Robert Habeck, de Los Verdes.
El 7 de diciembre, la ejecutiva de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) designará a la líder del partido, Alice Weidel, candidata a canciller.
Esto significa que por primera vez habrá cuatro candidatos a encabezar el gobierno alemán en unas elecciones al Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento.
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