Sede de la Comisión Electoral Central de Rumanía (Foto: Europa Press/Contacto/Cristian Cristel)
La tensión política en Rumanía ha dado un nuevo giro con la resolución de la CEC, que en una votación de 10 contra 4 ha desestimado la candidatura de Calin Georgescu a la presidencia del país.
Este rechazo no solo impacta el escenario electoral, sino que ha provocado una contundente reacción de sus simpatizantes, dejando un panorama marcado por la incertidumbre y la polarización social.
La principal razón esgrimida por la Comisión Electoral Central de Rumanía (CEC) para rechazar la candidatura de Calin Georgescu ha sido la falta de una firma preceptiva en uno de los anexos presentados. Este detalle técnico ha sido suficiente para que el organismo considere que no se cumplen los requisitos legales y, por tanto, invalide la postulación.
Varios informes señalan que un anexo incompleto en la documentación fue determinante para la decisión de la CEC
Tras conocerse la decisión, cientos de seguidores de Calin Georgescu se congregaron ante la sede de la CEC, llegando a derribar vallas de seguridad y lanzar botellas y objetos contra las fuerzas del orden y periodistas. La Policía respondió con gas lacrimógeno para contener a los manifestantes e hizo un llamamiento a la calma, instándoles a protestar de manera pacífica y seguir los cauces legales.
Sumario Destacado: Las autoridades piden calma mientras las protestas toman fuerza y se teme un aumento de la violencia.
A pesar de la anulación, aún queda la vía de recurso ante el Tribunal Constitucional, que podría revisar el caso y, eventualmente, revocar o confirmar la decisión de la CEC. Esta institución ya fue clave en la anulación de la primera vuelta de las pasadas elecciones, cuando Georgescu resultó el más votado. Según las autoridades, existían sospechas de injerencia rusa y presuntas irregularidades en la campaña del candidato.
El máximo tribunal rumano vuelve a centrar las miradas en un nuevo capítulo de la crisis política del país
Desde el partido Alianza por la Unión de los Rumanos (AUR), su líder George Simion ha calificado la decisión de la CEC como un “nuevo abuso” y la ha relacionado con el supuesto “golpe de Estado” del 6 de diciembre, fecha en que se anuló la primera vuelta en la que Calin Georgescu lideró la votación. Con un discurso encendido, Simion ha señalado directamente al primer ministro Marcel Ciolacu, pidiendo su dimisión y tildándolo de “dictador”.
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