De acuerdo con las cifras del Banco de España, al cierre de septiembre del año pasado (últimas cifras disponibles) las entidades de depósito españolas contaban con 20.330 oficinas operativas, un recorte de 2.431 frente a un año antes y de 493 solo en tres meses. Pero es que además la red de la banca no había sido tan pequeña desde hace casi 45 años. En concreto, para encontrar un dato similar hay que remontarse a junio de 1977, cuando había 20.365 sucursales en toda España.
La red alcanzó un máximo de 45.707 sucursales en septiembre de 2008. Ese mismo mes se produjo el colapso de Lehman Brothers que acabó desembocando en una crisis financiera mundial con derivadas propias en varios países, entre ellos en España. Desde entonces, las entidades han echado el cierre a 25.377 oficinas.
La crisis financiera acabó desembocando en una reestructuración del sector financiero español que en un primer momento se llevó por delante a las cajas de ahorros y finalmente ha promovido un proceso de concentración que ha dejado el grueso del negocio en manos de un puñado de entidades.
Y aparejada a estos cierres y la desaparición de entidades también se ha producido una caída sensible en el empleo. Al cierre de 2020, últimos datos que ofrece el Banco de España, las entidades españolas contaban con 175.185 trabajadores en plantilla. Si se compara con los 270.855 empleados en 2008, en apenas 13 años se han destruido 95.670 puestos de trabajo.
El gran riesgo de este cierre masivo de sucursales es dejar fuera de los servicios bancarios a la población que todavía no se desenvuelve bien en el entorno digital, como los más mayores, especialmente en zonas rurales, que dependen de bancos y cajas para cobrar su pensión de jubilación.
En ese sentido, en las últimas semanas una petición de firmas en Change.org para que la entidades bancarias recuperen la “atención humana” en las sucursales está recibiendo un apoyo masivo. La petición, puesta en marcha por un hombre de 78 años que denuncia que “los bancos se han olvidado de las personas mayores como yo”, ha obtenido ya el apoyo de 127.540 personas
“Ahora casi todo es por Internet… y no todos nos entendemos con las máquinas. No nos merecemos esta exclusión. Por eso estoy pidiendo un trato más humano en las sucursales bancarias”, señala el afectado, que aclara que aunque su experiencia es con BBVA y La Caixa, se dirige a todos los bancos.
“No paran de cerrar oficinas, algunos cajeros son complicados de usar, otros se averían y nadie resuelve tus dudas, hay gestiones que solo se pueden hacer online… Y en los pocos sitios donde queda atención presencial, los horarios son muy limitados, hay que pedir cita previa por teléfono pero llamas y nadie lo coge… Y te acaban redirigiendo a una aplicación que, de nuevo, no sabemos manejar. O mandándote a una sucursal lejana a la que quizás no tengas cómo llegar”.
“Esto no es ni justo ni humano”, reclama este hombre. “Muchas personas mayores están solas y no tienen nadie que les ayude, y otras muchas, como yo, queremos poder seguir siendo lo más independientes posibles también a nuestra edad”. “Pero si todo lo complican y cierran las oficinas, están excluyendo a quienes nos cuesta usar Internet y a quienes tienen problemas de movilidad”.
El informe, al que ha tenido acceso Europa Press, es la respuesta del bloque conservador…
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