Llama la atención y activa las alarmas que en su reporte de cada día no resulte extraño escucharle decir “procedentes de Rusia”.
El poder de las cepas mutantes nos está sacando de paso a los de a pie y a las autoridades sanitarias como en el cuento de la buena pipa. Habrá que detener ese relajo en ruso y en castellano.
¿Es que acaso no se les exige a esas personas un PCR negativo para arribar al país?