La defensa de Rivas expone que «Daniel, al llegar a España, ha relatado que su padre le coacciona y amenaza», con lo que «ya se ha cursado denuncia ante la jurisdicción penal italiana», que se suma a la anterior en un juzgado de Málaga; una nueva denuncia en la que se solicita al tribunal italiano que el menor «tiene un miedo terrible a su padre y que teme por su propia vida si vuelve a Italia con él», con lo que se demanda que se le permita «poder quedarse a vivir en España con su madre y hermano» mayor.
«Además, se pone en conocimiento del Tribunal que estas Navidades, Arcuri ha enviado a Juana varios mensajes intimidatorios» y, según su representación judicial, la ha sometido a un «constante acoso telefónico, intentando contactar con ella hasta en más de 40 ocasiones en una semana», atisbando un supuesto delito de violencia de género, de amenazas leves y delito de acoso.
Rivas, según sus letrados, confía en que «por fin Daniel pueda reunirse» con su hermano y con ella, «dejando atrás una de las etapas más tristes y difíciles de su vida»; asegurando en paralelo que ante su denuncia, el Ministerio del Interior español activó el sistema Viogen «calificando el caso como de relevancia especial con un nivel de riesgo alto».