La entrada de Goldman Sachs en la estatal DONG provoca una tormenta política en Dinamarca

Dinamarca

La entrada de Goldman Sachs en la estatal DONG provoca una tormenta política en Dinamarca

Oficinas de GOldman Sachs

Partidos de la oposición y miembros de la coalición gobernante han reprochado que el 19% de la energética estatal DONG Energy vaya a terminar en manos del banco. De momento, han conseguido retrasar el proceso. La coherencia escandinava. Nunca se ha perdonado a Grecia, desde el norte de Europa, que engañase a Bruselas con un maquillaje de cuentas que contó con la ayuda inestimable de Goldman Sachs, pero ahora la entidad quiere entrar en Dinamarca y la ciudadanía, claro, no está por la labor.

Todo comenzó cuando el Gobierno anunció su intención de ampliar el capital de la principal energética del país, la estatal DONG Energy. Tras recibir el apoyo de la oposición, el Gobierno procedió entonces a presentar, el pasado mes de noviembre, un plan según el cual Goldman Sachs y dos fondos de pensiones daneses comprarían el 26% de la empresa por 11.000 millones de coronas (1.478 millones de euros).

Desde entonces, y conforme se han ido conociendo los detalles del acuerdo, la controversia ha ido creciendo. Por eso el último paso para cerrar el pacto –según el cual Goldman Sachs pasaría a controlar el 19% de la energética-, que es una votación parlamentaria, ha tenido que postergarse.

Los críticos advierten del bajo precio cobrado, del descarte de otra oferta mejor y de la capacidad de veto otorgado en varias áreas a Goldman Sachs, que realizaría la compra a través de un entramado de empresas tapadera mediante su filial en Luxemburgo, según ha informado la televisión pública DR. Además, parte de la clase política danesa ha señalado que Goldman Sachs, una de las instituciones más atacadas por su papel en la crisis financiera, obtendrá grandes beneficios cuando DONG sea privatizada en 2018 o, en su defecto una jugosa indemnización en caso de que fracase el proceso.

Los reproches han partido también del seno de la coalición de centroizquierda que gobierna desde 2011, encabezados por el ex primer ministro socialdemócrata Poul Nyrup Rasmussen, que ha calificado la venta de «catástrofe» y ha pedido que se renegocie. «Hemos pasado un largo proceso hasta la mejor oferta global. Hemos elegido a Goldman Sachs en nombre de los contribuyentes. Es lo que hace un Gobierno responsable», señaló por su parte la primera ministra, la también socialdemócrata Helle Thorning-Schmidt.

Pese a las críticas y la amenaza del ultraconservador Partido Popular de salirse del acuerdo, al que sólo se oponía de inicio la «rojiverde» Lista Única, la operación cuenta con el apoyo de una mayoría suficiente y podría ser aprobada la próxima semana.

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