La Unión Bancaria Europea, el gran proyecto de integración de la UE para apuntalar el euro, nacerá descafeinado. O al menos, eso aseguran los analistas consultados por Reuters que responsabilizan a Alemania del posible fiasco.
Al menos, si el Gobierno teutón insiste en mantener la postura que defiende desde el principio, y sigue en contra de que el BCE pueda supervisar también a los pequeños bancos regionales, como los controvertidos ‘landesbank’ germanos.
De hecho, esta es la posición que los alemanes han sostenido desde el principio en este asunto y, a pesar de todos los meses transcurridos y de las negociaciones sostenidas, no se han movido un ápice.
La Unión Bancaria que quiere el Gobierno de Angela Merkel sólo incluiría a los 130 mayores bancos del Continente, los considerados sistémicos y dejaría fuera a todos los demás.
Las críticas a esta idea se han generalizado en todos los ambientes políticos y financieros de Europa, según una información publicada por la agencia Reuters. Algunos de los expertos consultados por este medio, lo tienen claro: con esta exigencia Alemania le quita toda la credibilidad a la Unión Bancaria.
Precisamente, según la opinión de estos analistas, han sido los bancos pequeños, como los landes o las cajas españolas, las que verdaderamente han puesto en riesgo el sistema.