La economía francesa se hunde. El país galo ha entrado hoy oficialmente en una nueva recesión tras haber experimentado una caída del PIB del 0,2% en el primer trimestre del año.
El dato, todavía preliminar, que acaba de hacer público la oficina oficial de estadísticas del país galo (Insee, por sus siglas en inglés) supone la tercera caída trimestral de los cuatro últimos periodos registrados.
En concreto, en el último periodo de tres meses del pasado año, el PIB del país vecino había registrado una caída similar a la que acaba de anunciarse, lo que completa los dos trimestres consecutivos de retroceso económico necesarios para certificar técnicamente la recesión.
En el informe conocido hoy, además, se han revisado a la baja los números del pasado año, hasta concluir que el ejercicio se completó con crecimiento nulo. Ahora, los analistas apuestan porque la caída de la economía francesa en 2013 sea del 0,3%, por encima del 0,1% que anticipa el Gobierno de Hollande.
El retroceso se produce como consecuencia del impacto de los ajustes presupuestarios y los recortes en el consumo privado y empeora el consenso de los analistas que se había situado en una rebaja del 0,1%.
El mal dato proviene, sobre todo, de la pérdida récord experimentada por los hogares franceses en su poder adquisitivo a lo largo del pasado año y que, tras la revisión, se ha situado en el 0,9%. Casi el doble del 0,4% que se estimó inicialmente.
Hoy también se han conocido números poco favorables en relación con la economía alemana que, sin embargo, por el momento, logra esquivar la recesión al confirmarse que creció un escuálido 0,1% en el primer trimestre del año.
Sin embargo, los guarismos correspondientes a los tres últimos trimestres de 2012 han sido revisados a la baja y acentuado su caída hasta el 0,7%.
La combinación de todos estos datos, no por esperados, menos alarmantes, confirma el oscuro panorama al que se enfrenta la economía europea, como consecuencia de las política salvaje de consolidación fiscal puesta en marcha por Berlín y Bruselas, teóricamente, para combatir la crisis.
Los mercados han tenido una reacción negativa inmediata tras la publicación de estas noticias y la cotización del euro ha retrocedido frente al dólar un 0,06% con lo que ahora cada moneda única se cambia por 1,2927 billetes verdes.