Las inversiones de alto riesgo de las empresas públicas ponen contra las cuerdas al Gobierno portugués

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Las inversiones de alto riesgo de las empresas públicas ponen contra las cuerdas al Gobierno portugués

Unos 3.000 millones de euros como mínimo. Ese es el ‘agujero’ que han dejado en las empresas públicas portuguesas sus inversiones en productos de alto riesgo conocidos como ‘swaps’ o derivados. El ministro de Finanzas luso, Vitor Gaspar, ha dicho que el próximo 29 de abril acudirá al Parlamento para responder a las preguntas de la oposición.

¿Por qué esperar hasta la semana que viene? Gaspar ha justificado su ausencia hasta el lunes alegando que este jueves, 25 de abril, es día festivo y que el viernes hay un congreso organizado por los socialistas, principal fuerza de la oposición. Por lo tanto, el primer día laborable disponible será el lunes. El escándalo de los derivados lleva, sin embargo, varios días ocupando los titulares de la prensa local.

Gaspar tendría que haber comparecido ya ante el Parlamento, pero una visita extraordinaria de los enviados de la Troika después de que el Constitucional portugués rechazase los Presupuestos para este año ha ocupado la mayor parte de su agenda en los últimos días.

Por el momento, lo único que ha explicado Gaspar es que expertos del Gobierno que preside el conservador Pedro Passos Coelho estaban examinando ya esos productos «problemáticos» que contienen «un elevado grado de especulación». El ministro de Finanzas también ha dicho que algunos de esos contratos pretenden ser negociados de nuevo con los bancos que los colocaron, y que según la prensa portuguesa serían el británico Barclays y los estadounidenses Morgan Stanley y Merrill Lynch.

De entre las empresas públicas afectadas por estas operaciones se encuentran algunas de gran tamaño, como por ejemplo la aerolínea TAP, Metro de Lisboa o Metro do Porto. Al parecer, los primeros derivados fueron obtenidos por estas empresas a principios de la década pasada; en torno al año 2003.

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