El Gobierno de Rusia ha dado por terminadas las conversaciones con Chipre, que buscaba obtener por parte de Moscú una ampliación del plazo para devolver los 2.500 millones de euros que adeuda y un incremento de ese crédito para poder cumplir con las exigencias del rescate europeo. No se ha llegado a ningún acuerdo.
El ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, ha explicado que la concesión de ese nuevo crédito no puede suceder «porque la parte europea ha establecido un techo de deuda» para la isla del Mediterráneo. Las autoridades chipriotas necesitan recaudar 5.800 millones de euros para poder activar un paquete de ayudas valorado en 10.000 millones de euros.
Rusia ha explicado que si concede esos 5.800 millones de euros a Chipre el país verá aumentado su ratio de deuda en relación al PIB, una circunstancia que el Fondo Monetario Internacional (FMI) no podría tolerar, según las informaciones que han aparecido estos últimos días en diferentes medios de comunicación.
Además, Siluánov añadió que la banca rusa tampoco ha mostrado especial interés en invertir en la compra de bancos u otros activos chipriotas. «Nos propusieron entrar en esos bancos, pero ninguna de nuestras entidades crediticias comerciales manifestó el deseo de hacerlo», explicó.