Warren Buffett, el multimillonario estadounidense dueño del fondo de inversión Berkshire Hathaway, acaba de saborear la dulzura de esa venganza que llega en plato frío. Dos años después de que su agencia de calificación, Moody’s, sufriese una rebaja por parte de la otra gran calificadora, Standard & Poor’s, ha llegado el turno de mover ficha.
Este jueves, Moody’s emitió un comunicado anunciando una rebaja del rating de la editorial McGraw Hill, dueña de Standard & Poor’s. La nota baja desde A3 hasta Baa2. Entre los motivos se menciona el riesgo que corre precisamente esta calificadora de tener que asumir unos costes elevados ante la avalancha de demandas que probablemente reciba en los próximos meses después de que el Departamento de Justicia de EEUU haya abierto la veda señalándola como una de las principales culpables de la crisis de las ‘hipotecas subprime’.
Los analistas a sueldo de Buffett han cerrado una operación redonda: mencionan que estos costes repercutirán negativamente en McGraw Hill, pero lo hacen citando a la propia Standard & Poor’s, que a principios de esta semana se quejó, tal y como informaba The New York Times, de que la demanda del Departamento de Justicia le costará como mínimo los beneficios que genera en un año la editorial.
Hace dos años Standard & Poor’s rebajó la calificación de Moody’s desde A2 a BBB+ esgrimiendo, precisamente, los mismos argumentos que ahora los muchachos de Buffett utilizan contra ella: previsibles altos costes ante una avalancha de litigios por culpa de haber calificado erróneamente un número sin determinar de productos financieros que luego se descubrirían como tóxicos.
En Wall Street hay un cierto desconcierto al respecto. Se considera que tanto Standard & Poor’s como Moody’s actuaron de una manera similar, y por eso no entienden por qué el Departamento de Justicia la toma con una agencia y con la otra no. Algunos señalan que Moody’s nunca llegó a quitar la triple A del rating de EEUU, algo que sí hizo Standard & Poor’s en el verano del 2011. Además, es conocido el apoyo político y mediático que Buffett ha brindado a Barack Obama durante los últimos años.