Al candidato republicano a la presidencia de EEUU, Mitt Romney, no le queda otra. El político se encuentra estos días preparando tres debates que mantendrá cara a cara con el actual presidente, Barack Obama. Necesita vencer en ellos al candidato demócrata o, de lo contrario, su campaña está perdida.
Según se ha filtrado a la prensa, Romney aprovechará estos debates nocturnos ante unos 50 millones de espectadores televisivos para denunciar las promesas incumplidas de Obama y explicar su visión de futuro para el país, en unos momentos en los que el actual mandatario estadounidense ha comenzado a ganar ventaja en los estados que definirán al vencedor el próximo 6 de noviembre.
Romney ha dicho que buscará responder a las distorsiones de la campaña de Obama respecto a sus posiciones en asuntos como los recortes tributarios, el aborto, la reforma de los programas de beneficencia social o el rescate de la industria automotriz.
«Tenemos la oportunidad en el debate de dejar en claro nuestro mensaje para el pueblo estadounidense, y estoy absolutamente convencido de que cuando la gente nos vea hablando sobre nuestro rumbo para EEUU, van a apoyarme a mí porque sé lo que se requiere para impulsar la economía y el presidente ha demostrado que él no lo sabe», dijo Romney esta semana en una entrevista
