El Royal Bank of Scotland (RBS) ha publicado a primera hora de la mañana unas pérdidas antes de impuestos de 766 millones de libras (unos 905 millones de euros) en 2011, tras destinar 850 millones para el pago de seguros de protección y 1.099 millones para reducir su tenencia de deuda soberana. En 2010, el banco presentó unos «números rojos» de 399 millones.
Por otro lado, la entidad británica ha congelado el sueldo de sus 10.000 funcionarios de más alto rango como medida para reducir los costes. Los ejecutivos más importantes, incluyendo a Stephen Hester, presidente del banco, junto con todos los miembros de su Comité, no recibirán ningún tipo de aumento salarial el año que viene.
Hester reconoció hace unas semanas a la emisora de radio BBC que después de que el banco suspendiese el cobro de su bonus relativo a 2011 (valorado en 1,14 millones de euros) se planteó renunciar a su cargo tras atravesar unos «momentos de gran depresión».
En declaraciones a esta emisora, Hester explicó que tras considerar su marcha desestimó esta salida porque ello hubiese supuesto ser «indulgente» consigo mismo. El banquero fue designado por el Gobierno británico para devolver la solvencia al RBS después de que la entidad tuviese que ser rescatada por las autoridades al inicio de la crisis financiera.
El 83% del RBS se encuentra, actualmente, en manos del Gobierno. A pesar de estos resultados la entidad subía en la Bolsa de Londres más de un 2,3% pocos minutos después del inicio de la sesión.