El Ejecutivo comunitario ha anunciado hoy sus previciones de crecimiento para 2012 y en ellos ha rebajado en casi dos puntos su pronóstico de noviembre (que daba un crecimiento del 0,7% para España), aunque sus cálculos son todavía mejores que los del FMI (-1,7%) o el Banco de España (-1,5%).
No obstante, Bruselas advierte de que la contracción será probablemente mayor del 1% porque esta cifra no tiene en cuenta los recortes adicionales que el Gobierno debe aprobar en los presupuestos de 2012 para cumplir los objetivos de déficit, ya que aún no se conocen.
Fuentes vinculadas a Bruselas anunciaron ayer a la agencia Reuters que están dispuestos a permitir que algunos países, entre los que se encontraría España, tengan más margen para ajustar su déficit público en 2012. La ola de recesión que se avecina en todo el Viejo Continente parece haber convencido a los burócratas europeos de que tanta dureza puede acabar por ser contraproducente.
Estas fuentes no identificadas han dicho que la Comisión Europea (CE) no tiene que «sentirse ridícula insistiendo en objetivos irreales, por lo que va a haber que hacer ajustes». Esta rectificación se produce, además, después de que varios países enviasen una carta a Bruselas pidiendo medidas que estimulen el crecimiento además de recortes. Entre los firmantes se encuentran España e Italia.
El caso de España es uno de los más comentados en los círculos europeos. En teoría tiene que reducir el déficit desde un 8% hasta un 4,4%; 40.000 millones de euros. La semana pasada EL BOLETÍN ya adelantó que el líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, iba a visitar Bruselas para pedir un mayor margen de maniobra a la hora de conseguir llegar al 4,4%.
La CE presenta este jueves los datos que certifican que la sobredosis de recortes en toda Europa empieza a dejar jirones en la economía real, pese a que el pronóstico de Bruselas no es tan malo como los analistas aventuran: un primer semestre malo, y una segunda mitad de año algo mejor. El último trimestre del año pasado aventuró por dónde van los tiros: la economía de los Veintisiete cayó el 0,3%.