La ministra de Trabajo alemana, Ursula von der Leyen, ha asegurado que los salarios de los trabajadores alemanes deberían subir para así poder disfrutar también ellos, a su vez, de la recuperación que parece recorrer el país. Von der Leyen recoge así el órdago que lanzó el mayor sindicato alemán, IG Metall, hace unos días, cuando reclamó al Gobierno que sus sueldos deberían ser más altos.
«Las empresas alemanas están registrando unos beneficios significativos», argumentó la ministra. «Ahora es el turno de los trabajadores; deben sentir su recompensa», añadió en una entrevista concedida al diario Bild am Sonntag. «Y este plus no debería ser engullido por la inflación», puntualizó además von der Leyen.
Los comentarios de la ministra llegan pocos días después de que la Unión Industrial de Trabajadores del Metal (IG Metall) hiciese llegar a Berlín sus exigencias: quiere un aumento del 6,5% en los salarios de los trabajadores que representa y el compromiso de las empresas de contratar a los trabajadores en prácticas cuando estos acaben las mismas.
Así, IG Metall pone desde la propia Alemania en jaque el modelo laboral que la canciller Angela Merkel quiere implantar en toda Europa, basado en recortes y austeridad. Las reclamaciones de este sindicato suelen servir de referencia para el resto de trabajadores del país. No obstante, y aunque von der Leyen apoye esta exigencia, ha aclarado que deben ser los sindicatos y los empresarios quienes lleguen a un acuerdo sin intervención gubernamental, tal y como es tradición en Alemania.
La semana pasada la agencia Reuters publicó un extenso y duro artículo en el que criticaba las condiciones del mercado laboral alemán. Según la agencia, debajo de este «milagro» hay un lado oscuro con trabajos que esconden incluso prácticas de esclavismo.
Sueldos de dos euros la hora para fregar platos y limpiar suelos a personas de 50 años, agencias de empleo que demandan personal al que le pagarán 50 céntimos de euros la hora… Éstas son algunas de las condiciones laborales que detalla Reuters, y que sobre todo son más comunes en la mitad oriental del país.