La ministra de Finanzas austríaca, Maria Fekter, le ha echado a Grecia una buena bronca. Aprovechando la reunión del Ecofin que tiene lugar esta semana, Fekter ha dicho «no estar contenta» con cómo se están desarrollando los acontecimientos en el país mediterráneo.
«Queremos enviar un mensaje muy claro y muy directo a Grecia: la comunidad [la zona del euro] espera más de ellos, también en materia de reformas estructurales». Fekter se refería así a la posibilidad de permitir la llegada de un segundo rescate financiero a Atenas; «sólo cuando exista un mensaje escrito sobre la mesa se podrán discutir las siguientes ayudas». En ese mensaje, el Gobierno griego tendría que prometer llevar a cabo más recortes.
Austria ha endurecido su discurso (aunque siempre mantuvo la línea dura que pregonaba Berlín) desde que Standard & Poor’s rebajase su máxima calificación crediticia hace unas semanas. Hasta ese momento, Viena podía presumir de tener una AAA.
En cuanto a los rescates de Grecia, éstos requieren atravesar varios filtros desde que son aprobados en primera instancia hasta que son enviados. Entre otros exámenes a Grecia se la evalúa por sus medidas de austeridad y si están siendo implementadas correctamente. Según ha podido saber EL BOLETÍN, algunos funcionarios griegos llevan más de un año (trece meses) sin cobrar su sueldo.
