Los bancos griegos han sufrido durante los meses de septiembre y octubre una fuga de depósitos de entre 13.000 y 14.000 millones de euros, según ha explicado este lunes el gobernador del Banco Central griego, George Povropoulus. Esta cifra triplica la registrada en los mismos meses del año pasado (4.000 millones de euros).
Povropoulus ha justificado estas pérdidas al referirse a la «incertidumbre política» que ha vivido el país heleno durante estos meses, cuando se produjo la caída del presidente Yorgos Papandreu. Además, el gobernador del Banco Central insistió en que las salidas de depósitos continuaron produciéndose durante los diez primeros días de noviembre.
Estos datos se han hecho públicos horas antes de que se aprobase por parte de los ministros de Finanzas de la zona del euro entregar el sexto tramo de ayudas a Grecia, calculado en 8.000 millones de euros, de los cuales la UE aporta 5.800 millones, mientras que el resto procede del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El nuevo desembolso ha sido posible después de que el líder de la oposición conservadora en Grecia, Antonis Samaras, se comprometiera por escrito a apoyar los nuevos planes de ajuste del gobierno del primer ministro heleno, Lucas Papademos. El resto de partidos griegos también expresó su compromiso a aceptar nuevos y dolorosos ajustes.