Europa del Este está preocupada. Los requisitos de capital que ha impuesto Bruselas a los bancos de la UE (del 9% de core capital para el próximo mes de junio), y que podrían costarle a estas entidades unos 106.000 millones de euros, hacen peligrar las líneas de crédito hacia los estados del Viejo Continente que se encuentran fuera de los 27.
Alrededor de tres cuartos del sistema bancario de Europa del Este está en manos de gigantes de la UE, como el italiano Unicredit o el Erste Group Bank, según los datos recopilados por la agencia Bloomberg. Y diversos expertos consultados por la misma han comentado la enorme posibilidad de que los primeros recortes que tengan lugar afecten directamente a las unidades locales de estos grandes bancos en la región.
«Definitivamente, habrá un impacto», ha comentado el economista de Barclays Capital Christian Keller, especializado en mercados emergentes. «Si tú tienes un sistema bancario tan relacionado con la banca de Europa Occidental y esa banca de Europa Occidental se encuentra en apuros, es lógico pensar que el ritmo de crecimiento en la región afectada no va a ser como el de antes».
Las opiniones de los analistas se basan en cómo afectó la caída de Lehman Brothers, ocurrida el mes de septiembre de 2008, a la región. El efecto fue desvastador. Tres años después, el miedo a que se repita un episodio de características similares ha regresado con la crisis del euro.