Icono del sitio EL BOLETIN

Inquietud por las conexiones entre la deuda griega y los derivados financieros tóxicos

Francia, el FMI y el BCE le han pedido a la canciller alemana Angela Merkel, que no se emocione demasiado a la hora de llegar a conclusiones sobre la quita de deuda griega que se debe establecer (y que Berlín parece fijar en un 60% de su valor original). Según varias fuentes que se encuentran inmersas en las negociaciones que estos días ocupan buena parte del tiempo en Bruselas, existe la preocupación de que al asumir una quita de la deuda, los tenedores privados -en su mayoría bancos- activen con la intención de blindarse sus seguros de riesgo contra el impago de esa deuda (CDS), unos productos derivados que están considerados de alto riesgo porque se desconoce cuántos hay y dónde se encuentran. En otras palabras: que no se sabe cuál sería su impacto real.

Según han revelado estas fuentes al rotativo Financial Times, Alemania es consciente de que una activación a gran escala de CDS vinculados a la deuda griega de un modo u otro puede llegar a darse. Sin embargo, no parece importarle demasiado el hecho. Los representantes del FMI en las conversaciones, no obstante, vaticinan unas consecuencias parecidas a las que conllevó la quiebra de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008 (tras derrumbarse el cuarto banco de inversión del mundo varios grupos financieros y aseguradoras, como Merrill Lynch, AIG o el Royal Bank of Scotland, tuvieron que ser intervenidos y rescatados por los gobiernos).

Tal y como adelantó el diario The New York Times en junio, la entrada en funcionamiento de estos contratos podría llegar a afectar al bolsillo de 50 millones de familias estadounidenses. ¿Cómo? Pues aunque según los datos más recientes del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) los mayores acreedores de Grecia son los bancos franceses -con 63.866 millones de euros- y los alemanes -con 48.177 millones de euros-, estas entidades están a su vez aseguradas por, según algunos rumores del mercado, la gran aseguradora germana Allianz, entre otras.

Allianz, además, cuenta ya con una importante exposición a la deuda soberana de los países más débiles del euro (y no sólo de Grecia) a través de Pimco, el fondo de inversión estadounidense más grande del mundo en materia de bonos soberanos. Allianz tiene el 97% de Pimco. También es posible que otra serie de instituciones financieras estadounidenses, que todavía no han trascendido, estén muy implicadas indirectamente (es decir, a través de los derivados) en el problema griego.

Y de ahí que Washington lleve varios meses advirtiendo -primero- y exigiendo -posteriormente- a Bruselas que solucione de una vez la crisis de deuda empezando por evitar que Atenas caiga en el desastre para después lograr blindar a otros países con un riesgo potencial, como Portugal o incluso Italia. No obstante, en julio Bruselas, haciendo caso omiso a la Casa Blanca, acordó una quita del 21% con los tenedores privados de la deuda helena. Berlín, ahora, apuesta por el 60%. Pero los bancos han dicho que no asumirán más del 40%.

Acceda a la versión completa del contenido

Inquietud por las conexiones entre la deuda griega y los derivados financieros tóxicos

Salir de la versión móvil