Los ministros de Finanzas de Francia y Bélgica se han reunido hoy para tratar el futuro del banco franco-belga (con participación estatal por parte de ambos países) Dexia, que se encuentra en graves dificultades debido a su exposición a la deuda de Grecia, un país que se encuentra al borde de declararse en suspensión de pagos.
Según la información publicada por el diario británico Sunday Times, la entidad atraviesa una situación complicada que atañe a los Gobiernos galo, belga y también al de Luxemburgo, pues todos ellos participaron en el rescate que requirió este gigante financiero durante la crisis financiera debido a su cantidad de activos relacionados con el mercado inmobiliario estadounidense.
Durante los últimos tres años, Dexia ha intentando reducir el riesgo de su cartera mediante la venta masiva de activos tóxicos por valor de 80.000 millones de euros. En estos mismos momentos se encuentra buscando un comprador para otros 20.000 millones de euros en activos problemáticos.
A pesar de estos esfuerzos la agencia de calificación Fitch Ratings recortó el rating de Dexia la semana pasada y Moody´s, cuyo principal accionista es el magnate Warren Buffet, ha situado hoy al banco en perspectiva negativa. Muchos expertos, como los que elaboran informes para el banco portugués Espirito Santo, han recomendado invertir con cautela en él si finalmente se dice apostar por este grupo financiero.