Robin Hood…

Internacional

Robin Hood…

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ha anunciado una serie de nuevas medidas para contrarrestar el posible efecto que pudiese tener en su economía el recorte realizado ayer sobre las previsiones de crecimiento. De todas estas nuevas iniciativas, destaca la de un impuesto especial a los ricos que pretende alejar la posibilidad de que las agencias de rating rebajen la calificación de Francia (AAA) y evitar de este modo que la extrema derecha gala, que se agrupa en torno al Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, gane fuerza de cara a las elecciones generales de 2012.

«Una rebaja del rating francés sería interpretado por muchos ciudadanos como un ataque del exterior, y en ese sentido Jean Marie Le Pen [que mantiene un fuerte discurso anti euro] podría ganar muchos apoyos a pocos meses de unas elecciones generales», explica a EL BOLETÍN un experto vinculado al sector bancario galo. Si se da el caso, la reacción de muchos franceses ante un ataque de estas características y sus más inmediatas consecuencias tendría dos caminos: el primero, culpar a las agencias de rating de tomarla contra Francia, y el segundo culpar a las potencias periféricas del euro de haber generado el clima de incertidumbre utilizado por esas mismas agencias para atacar Francia.

Un clima de incertidumbre que ayer cobró un poco más de fuerza después de que el primer ministro galo, François Fillon, anunciase una reducción de las previsiones de crecimiento económico para 2011 (del 2% al 1,75%) y para 2012 (del 2,25% al 1,75%) tras el estancamiento registrado por la economía del país en el segundo trimestre del año. Este anuncio, no obstante, se vio acompañado de otro: la creación de un impuesto especial del 3% para quienes perciban más de 500.000 euros anuales. «Durará hasta alcanzar la meta de 3% de déficit [las previsiones establecen la fecha en 2013], y entonces se suprimirá”, explicó Fillon. Los millonarios galos están de acuerdo con la medida. Varios de ellos, incluso, la propusieron antes que el Gobierno a comienzos de esta semana.

Porque el temor a una rebaja del rating es palpable. La prensa francesa -y con especial insistencia el rotativo Le Figaro- ya avisó el pasado 11 de agosto al Gobierno que debe protegerse de los especuladores financieros y exigía que la máxima prioridad del Ejecutivo fuese mantener la triple A a toda costa.

El contexto parece, por tanto, ser bastante favorable para las aspiraciones de Le Pen. Lejos de estar al frente de un partido de carácter marginal, la cara visible del Frente Nacional galo obtuvo en una encuesta realizada por Harris Interactive Poll el pasado mes de marzo una intención de voto para la primera vuelta electoral (fijada el 22 de abril de 2012) del 23%. Sarkozy obtuvo un 21% y los socialistas otro tanto. Uno de sus esloganes principales es: «Hay que dejar que el euro muera».

Más información