«EEUU se merecería una cuádruple A», «cambiaré mi opinión sobre S&P». Estas declaraciones de Warren Buffett, que ha defendido a ultranza en los últimos días a la economía estadounidense no han pasado inadvertidas. Tampoco para Standard & Poor’s, que ha amenazado con recortar la calificación de Berkshire Hathaway, el vehículo de inversión del multimillonario, que es a su vez el principal accionista de Moody’s (posee un 12,47% del capital).
S&P ha situado en perspectiva negativa a la compañía del ‘Oráculo de Omaha’, un movimiento similar al que ha ejecutado en otras cinco compañías vinculadas a la deuda estadounidense.
Berkshire Hathaway no sólo ha cuestionado la lógica del movimiento, sino que también le restó importancia. «Yo no creo que importe mucho y tampoco que tenga mucho sentido», ha asegurado un inversor de la firma en declaraciones que regoce la agencia Reuters.