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El banco británico HSBC ha anunciado movimientos significativos para tratar de aumentar y consolidar su negocio de banca de inversión en detrimento de su banca minorista. Entre ellos destaca el despido de 30.000 trabajadores hasta 2013, la venta de 195 sucursales bancarias en EEUU y un incremento sustancial del grupo en los mercados emergentes.

Las primeras estimaciones sobre el ajuste de plantilla apuntaban a un recorte de 10.000 trabajadores, pero la directiva del HSBC -uno de los bancos en apariencia más solventes del Reino Unido- ha reconocido que los despidos triplicarán esa cifra: 30.000 trabajadores tendrán que recoger sus cosas durante los próximos meses; un 10% de la plantilla global del grupo.

El plan del HSBC es desprenderse de todos estos empleados entre este año y el que viene, para así tener la reducción totalmente hecha en 2013. Entre los 30.000 despidos ya están incluidos los casi 5.000 que se habían anunciado durante los primeros meses de este año; 700 en Francia, 700 en Reino Unido, unos 1.700 en Latinoamérica, unos 1.400 en EEUU y alrededor de 300 en Oriente Medio.

«Lo de 30.000 es una cifra vaga, para nada concreta, pues además de estos recortes también se contratarán personas en algunas regiones en las que observamos que nuestro negocio crece», ha asegurado a EL BOLETÍN un portavoz de HSBC. «Así que será más bien una reestructuración en lo que a puestos de trabajo del banco se refiere más que una eliminación total», explicó esta persona. En el primer semestre del año la entidad ha contratado a 1.000 trabajadores en Hong Kong, 1.560 en la región de Asia-Pacífico, 800 en México y otros 800 en Brasil.

El objetivo del HSBC con esta «reestructuración» es recaudar 3.500 millones de dólares (2.424 millones de euros) durante los próximos dos años. Para ello, además de los 30.000 puestos de trabajo menos, el banco ya ha apalabrado la venta de casi 200 sucursales en EEUU por valor de 1.000 millones de dólares (693 millones de euros).

Para el presidente de la entidad, Stuart Gulliver, el movimiento del banco trata de «eliminar una burocracia innecesaria» que HSBC ha ido construyendo durante los últimos años. «Se trata de crecer donde nuestros clientes quieren que crezcamos», matizó, por su parte, el portavoz de la entidad consultado por este medio. En el primer semestre de 2010 el 58% de los ingresos del banco provenían de Europa y EEUU, mientras que en el mismo período de 2011 esa cifra se redujo hasta el 53%. En sentido contrario, los ingresos provenientes de Oriente Medio, Latinoamérica y el mercado asiático ascendieron desde el 42% en la primera mitad del 2010 hasta el 47% en la primera mitad de este año, según datos suministrados por el propio HSBC.

Algunos expertos, no obstante, ven en esta decisión la urgencia que el banco tiene para cumplir con los requisitos que establece Basilea III, y que entre otras cosas exige a los grupos bancarios que blinden su estructura financiera de cara a futuras crisis económicas. HSBC es uno de los bancos británicos que todavía no ha requerido ayuda estatal, no así el Royal Bank of Scotland (RBS) y Lloyds Banking. Ambas entidades han recibido rescates financieros para evitar la quiebra.

Sobre si estos recortes afectarán a España, fuentes cercanas a la división del banco en el país han comentado a este periódico que creen que no, dado que en la última década HSBC ya reajustó su presencia en España. El portavoz de la entidad no ha querido confirmar ni desmentir este extremo. Actualmente HSBC contaría con menos de 200 trabajadores en el país, centrados sobre todo en un negocio de banca mayorista.

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