La economía estadounidense creció un 1,3% hasta junio, según la segunda estimación publicada hoy para este periodo. Una cifra que dista mucho del 1,7% que pronosticaban los expertos como consecuencia del estancamiento del consumo de los hogares, un capítulo que supone un 70% de los flujos económicos del país del Tío Sam y que ha crecido solamente una décima entre abril y junio.
Además, la oficina de estadística de EEUU ha revisado a la baja el PIB del primer trimestre del año hasta dejarlo en un 0,4% desde el 1,9% en que anteriormente se había cifrado el crecimiento económico hasta marzo.
Junto a unos consumidores inactivos a causa de una tasa de paro que golpea todo país, los recortes de gasto de las administraciones públicas, tanto locales como estatales, también han hecho mella en la incipiente recuperación de la economía de EEUU. Una recuperación sobre la que cada vez más expertos y analistas comienzan a mostrar sus dudas.
El punto clave para la mejora de las finanzas estadounidenses está ahora en la negociación que Obama mantiene con sus opositores republicanos para alcanzar un acuerdo que permita elevar el techo de endeudamiento del Estado y salvar así a la mayor economía del mundo de la entrada en impagos. El calendario apremia, puesto que el pacto debe cerrarse antes del próximo martes.
Otra cifra que se ha conocido hoy para la economía americana es el índice de gestores de compra de manufacturas de Chicago, que también se ha quedado por debajo de las expectativas de los expertos. Lo que indica que la actividad económica creció menos de lo esperado en este último mes, 58,8 puntos frente a los 60 enteros que se habían pronosticado.
