La industria de los hedge funds ahora no ve un paralelismo entre el estado en el que se encuentran las finanzas de países como Grecia, Irlanda o Portugal, y España. Así lo ha podido saber EL BOLETÍN tras contactar con algunos gestores de fondos de alto riesgo y tener acceso a algunos de los informes que manejan ahora. Esta opinión contrasta con la trayectoria que experimenta la deuda española, cuya prima de riesgo se encuentra en máximos anuales.
No obstante, esta opinión no parece traducirse en hechos al acudir a los mercados secundarios de deuda, donde la prima de riesgo española se encuentra a unos 270 puntos básicos respecto al bund alemán, alcanzando así el máximo en lo que va de año. La rentabilidad de los papeles a diez años se encuentra por encima del 5,6%, subidas que concuerdan con la trayectoria también ascendente de los bonos griegos (por encima del 18,5%), irlandeses (11,7%) y portugueses (10,9%).
Uno de los informes más recientes que ha llegado a manos de los hedge funds es el elaborado por los analistas del banco francés Société Générale, que según datos del también banco UBS tiene una importante exposición a la deuda soberana de estos cuatro países: 5.681 millones de euros. De ese total, 851 están invertidos en España y 4.001 en Grecia.
En el documento, la entidad francesa asegura que el ratio de deuda PIB de España es bajo (60,1%, por debajo de la media de la zona del euro) y que el déficit que enfrenta el sector público está controlado, ya que en 2010 cumplió las perspectivas del Gobierno y en 2011 se espera que haga lo mismo. Además, para Société Générale, los problemas que encaran las cajas de ahorro se pueden controlar y que los inversores no han castigado a la economía española en los mercados secundarios de deuda forzando unas rentabilidades como las arriba mencionadas para los otros tres países.
Según uno de los gestores consultados por este periódico, la recuperación de la zona del euro está en marcha y, aunque cabe la posibilidad de que Grecia finalmente quiebre, la moneda única no se verá afectada de forma terminal por este supuesto escenario cuando hace tan sólo unos meses, el futuro del euro se ponía en cuestión en estos mismos círculos.