La petrolera Exxon Mobil anunciaba ayer el hallazgo de dos nuevos yacimientos de petróleo y uno de gas natural en el Golfo de México, de los cuales la compañía ha estimado que podría obtener reservas cifradas en 700 millones de barriles.
Es la primera exploración que hace la petrolera después de que el Gobierno de EEUU anunciara en octubre del año pasado el fin de la moratoria en aguas profundas del Golfo de México, impuesta tras el vertido de crudo originado por la explosión de una plataforma de BP.
El descubrimiento fue bien recibido entre los inversores, lo que permitió que en la jornada regular Exxon consiguiera un repunte del 0,99% en el mercado bursátil, situándose a la cabeza en la cotización de las compañías energéticas, que tiraron del carro en la Bolsa de Nueva York.
No obstante, los avances registrados en el sector también tuvieron mucho que ver con la falta de acuerdo entre los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para aumentar la producción de crudo del cártel con el objetivo de estabilizar los precios del mercado. El tercer factor que favorece el repunte del sector energético estadounidense es la caída que han experimentado los inventarios semanales de crudo en EEUU.
