Internet ofrece a los inversores una forma de burlar la regulación financiera

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Internet ofrece a los inversores una forma de burlar la regulación financiera

Los mercados tradicionales deben empezar a preocuparse ante la hornada de mercados alternativos que aloja Internet y que ha comenzado a ganar protagonismo entre los especuladores internacionales. En un contexto global en el que la crisis financiera ha evidenciado la necesidad de una mayor seguridad jurídica, estos espacios virtuales albergan dos características, cuanto menos, polémicas: la ausencia total de control institucional y de transparencia.

Tal y como adelantó ayer EL BOLETÍN, uno de estos cotos privados para las inversiones arriesgadas es SecondMarket.com.

La idea fue llevada a la práctica en 2004 por Barry Silbert, que tras algunos años trabajando en banca de inversión decidió ofrecer, ya antes de que comenzase la crisis económica, un espacio virtual en donde compradores y vendedores pudiesen negociar todo tipo de títulos, incluyendo los polémicos ‘collateral debt obligations’ (CDO), que representan el paradigma de la especulación financiera que desembocó en la burbuja de las hipotecas ‘subprime’.

Silbert, que hizo carrera en las entidades Houlihan Lokey Howard & Zukin y Bear Stearns, se ha rodeado de un equipo de gente con experiencia, también, en banca de inversión. Y no les ha ido mal; actualmente SecondMarket.com tiene oficinas en Wall Street y en Silicon Valley. Es decir, que está presente entre los gigantes financieros tradicionales y también entre las tecnológicas, que para muchos suponen una pieza clave en el futuro económico.

Este mercado privado cuenta ya con 30.000 usuarios registrados que, en su conjunto, “han cerrado transacciones por valor de miles de millones de dólares”, según se puede leer en la presentación del portal. Sólo en el negocio de los títulos restringidos o activos sin registrar (restricted securities) hay 15.000 inversores operando, siempre según las últimas informaciones aparecidas en el sitio web.

Sin embargo, SecondMarket.com, que incluso cuenta con un apartado destinado a inversores israelíes (escrito en hebreo), ofrece muchas más posibilidades: un mercado de titulizaciones respaldadas por activos (asset backed securities), otro mercado para reclamaciones y otros activos relacionados con compañías en quiebra (bankruptcy claims), y varios más en los que se puede operar con los ya mencionados CDOs, con valores garantizados por hipotecas inmobiliarias (RMBS), préstamos al por mayor (whole loans) e incluso con participaciones en fondos de capital riesgo, ‘hedge funds’ o fondos de pensiones (limited partnership interests). También se permiten las transacciones que involucren acciones comunes.

El concepto de convertirse en un “eBay financiero”, en palabras del propio Silbert, parece ser uno de los principales atractivos de este mercado alternativo. La similitud no sólo se encuentra en el concepto, pero también en las formas. Por lo menos en las iniciales. Registrarte como usuario de SecondMarket.com es una cuestión que llevará al inversor apenas unos segundos y que, además, se puede realizar de forma gratuita. Los únicos requisitos son dar un nombre, una dirección física, otra de correo electrónico y un número de contacto. Tras responder a un cuestionario sobre los productos financieros que le interesan al usuario, en el que se le pregunta también cómo ha llegado hasta el portal, aparece una nota en la pantalla en la que se explica que en menos de un día un analista de SecondMarket se pondrá en contacto con el potencial cliente para “guiarle a lo largo del proceso”. Y ya está.

La facilidad para entrar a operar en este mercado no es la única ventaja para los inversores más osados. También hay motivaciones económicas. Por ejemplo; muchas de las transacciones no serán cobradas por SecondMarket.com salvo que se completen. Para que eso suceda lo único que se necesita es que las dos partes lleguen a un acuerdo. Y por supuesto, la confidencialidad del comprador y del vendedor es una prioridad. Por lo tanto, ni la seguridad jurídica que prima en los mercados tradicionales, ni el precio público de las acciones que cotizan en las bolsas, están presentes en estas iniciativas privadas que, cada vez con una mayor seguridad en sí mismas, pretenden ofrecerse como la alternativa del inversor.

Este periódico ha tratado de ponerse en contacto con el portavoz de Silbert para tratar algunas cuestiones sobre el funcionamiento del mercado que ha creado, pero al cierre de esta edición la llamada no había sido devuelta.

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