El prestigioso rotativo The New York Times ha realizado una investigación, basada en documentos federales relacionados con las recaudaciones de impuestos y documentos del Senado, mediante la cual se ha podido saber que al menos doce fundaciones relacionadas con diversos senadores y congresistas estadounidenses, en su mayor parte conservadores, reciben fondos de empresas.
Los principales donantes, siempre según el diario neoyorquino, son hasta el momento AT&T, Chevron, General Dynamics, Morgan Stanley y Eli Lilly, entre otras.
Según han confirmado varios empresarios al periódico, las fundaciones dirigidas por legisladores son una buena forma de contactar con ellos y presionar así su agenda. Tom Williams, portavoz de Duke Energy, confirmó este hecho y alegó que “no nos vemos en el deber de pedir disculpas, pues esta es sólo una forma más de relacionarnos y trabajar con los políticos”.
Antes de la crisis. A pesar de que en el año 2007 -poco antes de la crisis inmobiliaria- se aprobaron leyes para recortar este tipo de influencias, éstas se siguen dando con asiduidad.