El presidente de la Reserva Federal de EEUU (FED), Ben Bernanke, ha descartado hoy que vayan a aplicarse subidas en los tipos de interés de referencia vigentes en el país durante un largo periodo de tiempo. En su comparecencia semestral ante el Comité de Finanzas del Congreso, el banquero central ha optado por despejar con claridad esa incógnita.
En una de sus intervenciones menos enigmáticas, Bernanke ha explicado que la recuperación económica es débil y que EEUU tiene por delante todavía casi dos años en los que el empleo será escaso y las presiones inflacionistas no supondrán una preocupación prioritaria. Aun así, el presidente de la FED diseña ya su estrategia de salida para endurecer la política monetaria cuando sea necesario. Pero, lo hará por medio de mecanismos variados.
Por eso, ha sonado casi como una advertencia su afirmación de que la reciente subida aplicada a los tipos de interés que la autoridad monetaria impone en los créditos de emergencia que otorga a los bancos vaya a suponer un endurecimiento de las condiciones del crédito que soportan las empresas y las familias. El banquero central está convencido de que el país va a regresar este mismo año a una muy respetable cifra de crecimiento del PIB, entre el 3% y el 3,5%, lo malo es que este guarismo resultará insuficiente para que repunte la necesaria creación de empleo. O al menos, no será suficiente por sí solo, sin la complicidad del tejido productivo.
Las declaraciones de Bernanke han supuesto, según muchos observadores, un prólogo para la intervención que hará esta noche el presidente de EEUU, Barack Obama, ante los líderes de la ‘Bussiness Round Table’ con los que cenará está noche. Esta mesa redonda de los negocios, según la traducción literal de su nombre inglés, es un club prestigioso y exclusivo del que forman parte los principales ejecutivos de las mayores empresas del país como, por ejemplo, Jamie Dimon de JP Morgan o Jim McNerney de Boeing. Las empresas integradas en este grupo suman, según los datos de la agencia Dow Jones, un tercio de la capitalización total de la Bolsa de EEUU y pagan cerca de la mitad del total de los impuestos de sociedades que recauda Washington.
Y, ante ellos, Obama va a pedir un compromiso claro sobre la creación de puestos de trabajo en el país. Reinstalar las plantas de fabricación en el territorio estadounidense y exportar desde aquí hacia el exterior de tal modo que se revierta el proceso de deslocalización industrial que se ha puesto en práctica en las dos últimas décadas.
Bernanke se ha mostrado optimista en las posibilidades de crecimiento del PIB de EEUU durante este ejercicio. Según sus datos, cerrará con un avance situado entre el 3% y el 3,5%.
