El primer ministro griego, George Papandreou, ha llevado a cabo un gesto de acercamiento público hacia Rusia el mismo día en el que Elena Salgado, presidiendo el apartado económico de la UE, exige a las autoridades helenas que lleven a cabo fuertes reformas estructurales.
La diferencia ha sido de unas pocas horas. Mientras en Bruselas, la responsable económica de España anunciaba las exigencias de la Unión Europea (UE), Papandreou buscaba en Moscú el apoyo financiero del presidente ruso, Dimitry Medvédev, en un encuentro cuya agenda está marcada por la cooperación económica y comercial, según afirmó el Kremlin, sin dar más detalles.
Grecia enviaba así un mensaje a los ministros de Finanzas de la UE, y Rusia aprovechaba para mostrar su cara más amable, como cuando en el año 2008, y en plena crisis islandesa, el Kremlin ofreció apoyo financiero por valor de 500 millones de dólares a este país. Finalmente, Rusia retiró su ofrecimiento a causa de un creciente déficit fiscal interno.
Según expertos del sector, Grecia estaría con esta visita buscando apoyo financiero inmediato y aplazar el pago de petróleo ruso, uno de los países de los que mayor cantidad de crudo importa. Durante el encuentro con Medvédev, Papandreou afirmaba que pretende “estrechar” las relaciones con Rusia.
No obstante, y según informa el portal Dow Jones, el portavoz del primer ministro ruso, Vladimir Putin, Dimitry Peskov, informó que Grecia no ha solicitado ayuda financiera por el momento.
Durante el anuncio de las medidas pensadas por los responsables económicos de los socios europeos, Elena Salgado, que ha ejercido de portavoz del Consejo de la UE, ha querido destacar que, por primera vez, la UE ha recurrido a un artículo del tratado que permite a los Veintisiete enviar una advertencia a un Estado miembro cuya política económica se desvíe de las directrices macroeconómicas comunitarias. Según ha explicado la ministra, el Ecofín ha dirigido a Atenas recomendaciones a este respecto, que ha decidido hacer públicas como medio de presión adicional.
En concreto, los socios europeos instan al Gobierno griego a “elaborar y aplicar cuanto antes un paquete global de reformas estructurales”. Este paquete de reformas debe afectar a los pilares del Estado de bienestar como son los “salarios, reforma de las pensiones y del sistema sanitario, y de las administraciones públicas”. Pero la advertencia no se queda ahí ya que, al mismo tiempo, la UE insta a Atenas a tomar medidas para “el mercado de productos, la mejora del clima empresarial, y el aumento de la productividad y el empleo”. Ayer, el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantinu, dijo que su país está intentando rebajar el déficit público.
Grecia es un país con serios problemas internos, y a nadie se le escapa esta situación. Sin embargo, la poca coordinación de las instituciones helenas a veces roza lo esperpéntico. De este modo, si algún periodista extranjero busca contactar con el gabinete de prensa del Ministerio de Economía griego, no podrá encontrar a ningún portavoz del mismo, dado que los datos de su página web aún remiten al anterior gabinete de comunicación, que fue destituido con la llegada de Papandreou.