La UE podría romper las negociaciones de adhesión con Turquía

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La UE podría romper las negociaciones de adhesión con Turquía

Recep Tayyip Erdo?an, presidente de Turquía

Las principales críticas se dirigen sobre todo contra las autoridades turcas por la dura actuación contra personas que presuntamente apoyaron el intento de golpe de Estado. Una suspensión temporal de las negociaciones de adhesión con Turquía es mucho más probable de lo que hasta ahora se suponía si los países de la Unión Europea (UE) se atienen a sus propias normas.
 
Según ha podido investigar dpa, en 2005 se suscribieron las directrices a las que se someterían las notas si Turquía violaba de forma «grave y sostenida» las garantías básicas de la UE en áreas como libertad, democracia y Estado de derecho.
 
Las acusaciones en ese sentido se escuchan en la UE desde hace semanas. Las principales críticas se dirigen sobre todo contra las autoridades turcas por la dura actuación contra personas que presuntamente apoyaron el intento de golpe de Estado del pasado 15 de julio y contra medios críticos. Numerosos políticos de la UE han criticado la situación y han manifestado su preocupación.
 
El primer jefe de Gobierno europeo en manifestarse en ese sentido fue el primer ministro austriaco Christian Kern, que abogó abiertamente por interrumpir las negociaciones con Turquía.
 
Tras la pausa estival dijo que abordaría el tema a nivel europeo. Y ha recibido respaldo de destacados europarlamentarios como el conservador alemán Manfred Weber, líder del mayor grupo parlamentario en la Eurocámara.
 
Para poner en marcha una suspensión de las negociaciones de ingreso, bastaría una solicitud de diez países del bloque, según las disposiciones de la negociación adoptadas en 2005. En consecuencia, la Comisión Europea estaría obligada a preparar una resolución de ruptura que se presentaría a todos los países para que fuese ratificada. Para aprobar la resolución se necesitaría una mayoría de 16 países de la Unión, siempre que esas naciones sumen el 65 por ciento de toda la población del bloque.
 
La Comisión Europea, que había abogado por la continuidad de las negociaciones, había dado la impresión hasta ahora de que para romper esas conversaciones se precisaba la aprobación de los 28 países miembros de la Unión.
 
A principios de mes, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, dijo en declaraciones a un medio alemán que todos los países miembros «de forma unánime» tenían que acordar la suspensión de las negociaciones.
 
El político luxemburgués subrayó además que una suspensión unilateral de la negociación sería -en su opinión-, un «grave error de política exterior».
 
En respuesta a una pregunta de dpa, la Comisión Europea indicó hoy que Juncker en esas declaraciones no se refería a las disposiciones acordadas para la negociación.
 
Juncker, dijo hoy la Comisión Europea, se refería a una ruptura definitiva de las negociaciones, lo que en teoría no está previsto. A su vez, confirmó que una suspensión precisa de una mayoría cualificada, según el artículo V de las disposiciones de la negociación.
 
Si finalmente acaban interrumpiéndose las negociaciones, dependerá en gran medida de interpretaciones y voluntad política. Según fuentes próximas a la Comisión, por ahora no hay ningún proceso en marcha en ese sentido.
 
El caso de Turquía es especialmente delicado para la Comisión Europea debido a que ya hay un proceso abierto contra Polonia debido a la sospecha de que se están violando de forma flagrante y sostenida los valores de la Unión Europea en ese país. Se trata de la independencia del Tribunal Constitucional de Polonia, que, en opinión de la Bruselas, actualmente no está garantizada.
 
Si la Comisión Europea abre el proceso para preservar el estado de Derecho, probablemente no podría menos que recomendar la ruptura de las negociaciones de ingreso. Un primer paso en ese sentido podría ser el próximo informe sobre la situación en Turquía, que la Comisión Europea tendría que presentar a mediados de septiembre.
 
Hasta entonces se analizará con lupa la evolución de la crisis de los refugiados. Los contrarios a la ruptura temen que dejar de negociar el ingreso de Turquía podría influir en la cooperación de Turquía en esa materia.

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