Esta noche se celebran primarias republicanas en Michigan, Hawaii, Idaho y Mississippi en las que Kasich y Rubio necesitan ‘desesperadamente’ desgastar a Trump No hace ni una semana que Bloomberg Businessweek, la revista semanal de negocios del grupo de información financiera, abría su portada señalando que el favorito para hacerse con la nominación republicana como candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, encajaría perfectamente entre diversos líderes de la extrema derecha europea y ni una semana han tardado diversos acontecimientos en darle la razón. Por ambas partes.
Este mismo fin de semana el Partido Popular-Nuestra Eslovaquia consegúía un insólito 8% de los votos en el país más al este de la antigua Checoslovaquía con un mensaje de reminiscencias filonazis y claramente racista. Y este mismo fin de semana Donald Trump ha sido acusado de realizar su saludo característico. Un gesto que nuevamente repitió ayer. Juzguen ustedes mismos:
Trump asked supporters to raise their right hand and pledge to support him https://t.co/h9c2NbLQMJ pic.twitter.com/X9y4KRiF81
— Tal Kopan (@TalKopan) March 5, 2016
Mientras se encontraba en un mitin en Concord, en Carolina del Norte que celebrará sus primarias el próximo 15 de marzo, el multimillonario pidió a sus simpatizantes que demostrasen su lealtad levantando su mano derecha. Un gesto que los críticos de Trump no han tardado en destacar por su parecido al saludo de ‘Heil Hitler’.
Una serie de polémicas que si hasta ahora parecían fortalecer su figura antes que debilitarla parece que han empezado a hacer mella en su candidatura. Quizá porque por fin, el ‘establishment’ republicano ha empezado a atacar a Trump de forma un poco más contundente y coordinada de lo que había sucedido hasta el momento.
Desde que el pasado martes el multimillonario constructor consiguió imponerse en siete de las 11 primarias celebradas; el senador por Texas, Ted Cruz, consiguió imponerse a Trump en el conjunto de las celebradas este sábado consiguiendo 69 delegados frente a los 53 logrados en total por el multimillonario. Así, mientras el senador por Texas consiguió imponerse claramente en Kansas y Maine; el neoyorquino obtuvo victorias más ajustadas de lo esperado en Louisiana y Kentucky.
Por eso, hoy mismo tendremos una nueva oportunidad de evaluar si estamos ante un cambio de tendencia o tan sólo un pequeño traspiés aislado. Quizá la última oportunidad de que cale la idea de un cambio en la dinámica dado que el próximo martes se celebran primarias en Ohio y Florida en las que quien llegue primero se quedará todos los delegados; en lugar del reparto proporcional que ha funcionado hasta ahora.
De esta forma, las primarias de esta noche en Michigan resultan fundamentales para que los otros candidatos puedan demostrar que aún tienen algo que decir e incrementar sus posibilidades de cara al próximo martes. Generar ‘momentum’. Ya no se trata tanto de ganar a Trump, como de impedir que este pueda llegar a la convención republicana con una mayoría de delegados.
En este escenario, los más necesitados de obtener hoy un buen resultado son Kasich y Rubio. Según las últimas encuestas, efectivamente Trump podría estar empezando a sufrir un cierto desgaste y su ventaja se habría resentido estando ya por debajo de los diez puntos.
El problema para el aparato republicano es que tanto Kasich como Rubio necesitarían esos buenos resultados esta noche para obtener impulso de cara a sus supuestos estados fortín el próximo martes: Ohio y Florida, respectivamente. Y, según todas las señales, sólo parece haber espacio para un candidato ‘moderado’; es decir, para el perfil que, dado el contexto, se supone que encarnan el gobernador de Ohio y el cubano-estadounidense.
Quizá por ello, además de las de Michigan, haya que estar hoy también pendiente de los 91 delegados que las primarias del partido del elefante repartirán esta noche entre Hawai, Idaho y Mississippi. Tal vez así, tanto Rubio como Kasich consigan llegar un poco más reforzados al próximo martes, aunque una vez más, las encuestas juegan a favor de Trump.
