La Comisión Europea insiste en aumentar los márgenes de emisiones permitidos a los coches al 110%, una propuesta que rechaza la comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara. Los límites a las emisiones contaminantes para los coches, en el foco tras el escándalo Volkswagen, han abierto un nuevo cisma en las instituciones Europeas que se escenificó ayer en la Eurocámara. La Comisión Europea ha propuesto incrementar los límites permitidos al 110% desde el 60% que contempla la normativa actual, ante las presiones de los países fabricantes de automóviles, una iniciativa que intenta frenar la comisión parlamentaria de Medio Ambiente.
Los eurodiputados debatieron esta flexibilización de los límites a las emisiones el lunes con la comisaria El?bieta Bie?kowska. Varios miembros de la Eurocámara solicitaron una nueva propuesta a la comisaria, así como planes para un sistema más riguroso para la autorización de vehículos en la Unión Europea. En este sentido, el vicepresidente de la comisión de Medio Ambiente, Javor Benedek, de los Verdes, pidió a la Eurocámara el apoyo a la objeción al reglamento propuesto por Bruselas, cuyo voto se ha aplazado a febrero.
Sin embargo, desde otros sectores del Parlamento europeo se insistió en la necesidad de poner en marcha rápidamente las medidas, para reducir los niveles de emisiones cuanto antes. Estas nuevas normativas, que evitarían un varapalo a la industria del automóvil, son apoyadas por los ‘populares’ y los socialistas europeos, quienes, precisamente, solicitaron aplazar la votación del veto impulsado desde la comisión parlamentaria de Medio Ambiente a la propuesta de Bruselas, prevista inicialmente para el pleno celebrado ayer.
Por su parte, en su intervención final Bie?kowska rechazó poner sobre la mesa una nueva propuesta y advirtió de que vetar la iniciativa de la Comisión Europea sólo prolongará el insatisfactorio modelo actual de evaluación de las emisiones.
Dentro del paquete de medidas que introduce las nuevas mediciones en condiciones reales de conducción (RDE, en inglés), acordado por el Comité Técnico para Vehículos a Motor (TCMV, en inglés) el pasado 28 de octubre, la Comisión Europea propuso aumentar los límites para las emisiones de óxido de nitrógeno el 110%, accediendo así a los deseos de los países miembro.
