El representante de la Comisión Europea para el Euro ha visitado Atenas para apremiar a Tsipras a acometer más reformas en el mercado de trabajo, vivienda y pensiones. El vicepresidente de la Comisión Europea para el euro, Valdis Dombrovskis, ha advertido durante su visita a Atenas que el gobierno griego “no tiene tiempo que perder” en la aplicación de las medidas solicitadas por los acreedores del país heleno. En una reunión con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y los ministros helenos de finanzas y trabajo, Dombrovskis ha reconocido que encuentra buena disposición y “actitud constructiva” del Gobierno de Atenas, que ha mostrado “voluntad de trabajar duro”.
Pero la Comisión parece temer que se acabe la paciencia de algunos socios europeos: según publicaba el medio alemán Süddeutsche Zeitung, los acreedores de Grecia estarían dispuestos a retrasar el desembolso de un tramo del rescate de 2.000 millones de euros ante la falta de avances en las reformas. Por el momento, el pago de ese tramo se ha retrasado hasta noviembre, a pesar de estar previsto para el mes de octubre.
Entre las reformas que se reclaman a Atenas se encuentran la capitalización de los bancos o la privatización de varias empresas estatales. Según el mismo medio, los expertos de la troika no adelantaron la pasada semana ningún progreso, y esos 2.000 millones han quedado en el aire.
El enviado de la Comisión Europea, por su parte, ha considerado que es tarea de Tsipras “establecer el marco legislativo y administrativo para utilizar los fondos europeos» en pos de las reformas exigidas por los acreedores. Uno de los puntos de fricción es la vivienda: mientras que el gobierno griego quiere proteger a los hogares de valor superior a 300.000 euros y propietarios con renta inferior a 35.000 euros al año, los socios acreedores exigen rebajar el valor del inmueble hasta los 120.000 euros.
Otro punto de fricción son las pensiones, ya que los acreedores exigen, más allá de un sistema que garantice la protección social adecuada, una estructura financieramente viable a medio y largo plazo, según manifestó el responsable para el Euro en Atenas.
El Gobierno griego se comprometió en julio a aplicar un extenso y controvertido plan de austeridad a cambio de un crédito de 86 mil millones de euros concedido por varias instituciones financieras internacionales.