La responsable de DDHH en la UE considera un error que todas las decisiones estén en manos de los Estados y aboga por sancionar a los países que incumplan los principios de la UE. La socialista Elena Valenciano es presidenta de la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, y solo tiene palabras duras para la actuación de los países de Europa en la gestión de la crisis de refugiados. Ha criticado sin ambages la “incompetencia” de los Estados miembros de la UE para atender a los refugiados. “Lo primero es salvar vidas, lo segundo tratar a las personas como personas, y luego vendrán las soluciones”, ha afirmado en una entrevista en Cadena Ser.
Valenciano considera un error que todas las decisiones estén en manos de los Estados, y afirma que la iniciativa debería estar en manos de la Comisión Europea porque “estaremos francamente perdidos” mientras este tipo de gestiones dependa de los socios. “Ya ocurrió con la crisis económica y lo están corroborando con la crisis de los refugiados”. Recuerda que Europa sabía desde hace casi un año que esta crisis llegaría, tal y como denunciaron las ONG, y que solo se han empezado a tomar decisiones “cuando ha estallado”
La responsable europea acaba de volver de visitar los campos de refugiados de Hungría, donde afirma haber visto una situación “horrible y dolorosísima” donde se pone de manifiesto la incapacidad de Europa “ni siquiera para tomar decisiones” sino solo para “atender a personas que sufren”. “No hay palabras para describir lo que yo he visto en esos campos, y lo que no vemos, porque esos campos están en las fronteras pero debe haber más. Así que vergüenza, vergüenza europea”, ha lamentado.
Valenciano apuesta por “volver a pensar Schengen” para poner en marcha una política de inmigración y de asilo común. También partidaria de «sancionar a los gobiernos que incumplen los principios de la Unión” en referencia al primer ministro húngaro, el conservador Viktor Orbán, contrario a la acogida de refugiados. “Como yo he visto a las personas en las fronteras no es aceptable en una Europa que se dice moderna y solidaria”.
