La economía griega, que creció en 2014 tras seis años de recesión, sufrirá una caída de su PIB del 2,3% en 2015 y del 1,3% en 2016. A Grecia le esperan dos años más de recesión y duros recortes tras el principio de acuerdo alcanzado con los acreedores para un tercer rescate que ya ha comenzado a debatir el Parlamento heleno. Los socios europeos desembolsarán al país un máximo de 86.000 millones de euros, si bien a cambio el Gobierno de Alexis Tsipras deberá aprobar a contrarreloj una serie de reformas y cumplir con los objetivos planteados.
La economía griega, que retomó la senda del crecimiento en 2014 tras seis años de recesión, sufrirá una caída de su PIB del 2,3% en 2015 y del 1,3% en 2016, según publica The Wall Street Journal, que cita las últimas estimaciones de las instituciones que han estado negociando el nuevo programa de ayuda a Grecia: la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Sólo en 2017 se prevé que la economía helena vuelva a crecer, con una expansión del 2,7% ese año, seguida de otra del 3,1% en 2018.
Antes de que acabe el jueves, el Parlamento griego tendrá que aprobar 40 nuevas leyes, que tocarán asuntos tan espinosos como la limitación de las prejubilaciones o la facilitación del despido, así como temas fiscales y de salarios públicos. Sin embargo, el documento no establece el camino para levantar los controles de capital, que prohíben las transferencias al extranjero o las retiradas de efectivo de más de 420 euros.
El pacto ha rebajado el objetivo fiscal para este año, a un déficit primario del 0,25%. Sin embargo, para 2016 exige ya un superávit primario (que excluye el pago de intereses de la deuda) del 0,5%; un 1,75% en 2017 y un 3,5% en 2018.
Una vez aprobadas las reformas, los ministros de Finanzas de la eurozona decidirán si Grecia puede recibir el primer tramo de rescate a tiempo para pagar al BCE los 3.200 millones de euros que le vencen el 20 de agosto. Se espera que los ministros se reúnan en Bruselas el viernes por la tarde.