¿Salir del euro para recuperar la dignidad?

Grecia

¿Salir del euro para recuperar la dignidad?

Euro frente al Acrópolis griego

Muchos votantes de Syriza se hacen ahora esta pregunta porque se sienten humillados por el trato que Europa ha dado a Grecia. Compartimos un tiempo donde todo, menos la crisis, parece efímero. Lo que el pasado lunes era sueño hoy es desazón, y el “no” en el referéndum que ilusionó a tantos ha dejado a muchos la sensación de que fue meramente una simulación. Un referéndum amistoso.

El “si” de Alexis Tsipras a las durísimas condiciones que ha impuesto el Eurogrupo a Grecia ha decepcionado a muchos de sus votantes, que muestran claros síntomas de fractura o desafección política.

Desilusión en Atenas

“Debemos salir del euro, aunque no estemos preparados” sentencia Rosa (31, desempleada). Ella y su amiga Iris votaron a Syriza en las últimas elecciones, y ahora no saben si en unas hipotéticas elecciones anticipadas volverían a hacerlo, “no lo sé, lo pensaré cuando llegue el momento. Ahora diría que no. Ni a Syriza ni a ningún otro partido. No sirve para nada”.

La sensación de humillación es común entre todos los entrevistados y no son pocos los que estiman que salir del euro es el único camino. “Entiendo que Tsipras no quiera ser el primer ministro que sacó a Grecia del euro, pero es necesario. No por economía, sino por decencia. No quiero estar donde no me quieran” asegura Panagiotis (41, hostelero), que aun así afirma que votará a Syriza si hay comicios anticipados por considerar que son “el mal menor”.

Eleni (29, artista) coincide con Panagiotis en que la vuelta al dracma es lo único viable éticamente, y recuerda la célebre frase atribuida a Emiliano Zapata, “hemos optado vivir de rodillas, cuando deberíamos morir de pie. Sé que Alemania es la principal responsable, pero no quiero eximir a Syriza, que se ha acobardado y olvidado que le pedimos OXI”. Antes de despedirse Eleni asegura que está tan decepcionada que no votará.

En los alrededores de la plaza Sintagma, donde está tarde hay convocada una manifestación en contra de lo “acordado” en Bruselas, Dimitris (68, jubilado y activista) pregunta si Tsipras convocará un referéndum, o si esta vez lo de la democracia no viene a cuento. “Grecia debería abandonar esta misma noche la zona euro, y recuperar soberanía. Habiendo aceptado las condiciones de Merkel Tsipras ha claudicado y firmado nuestra defunción”, asegura.

Nina (34, propietaria de una cafetería) también señala a Alemania, afirmando que el Gobierno de Merkel “y sus súbditos” no quieren que Syriza sea un ejemplo en Europa. A Nina después de lo sucedido le da igual que el dracma vuelva a ser la moneda de curso legal en Grecia, incluso mínimamente lo desea. Además, augura con preocupación que con la fractura social que se pueda provocar en el país el principal beneficiado podría ser Amanecer Dorado.

Realpolitik

Entre los votantes de Syriza también hay quien defiende el papel de Alexis Tsipras, y Euclides Tsakalotos, ministro de economía. Maria (37, bibliotecaria) confiesa que “en el fondo lo sabía y que con lo que había, no quedaba otra”. “Por lo menos sé que este Gobierno ha hecho todo lo posible. La deriva neoliberal de Europa es una realidad, y mientras no haya otros gobiernos como el de Syriza las cosas seguirán por este camino”, asegura. Giannis, que también votaría a Syriza si mañana hubiera elecciones, asegura que “por suerte o desgracia” no hay nadie mejor que ellos.

Son los votantes de Syriza que observan la actualidad política desde el prisma de la RealPolitik, que es la política basada en el arte de lo posible, en los intereses prácticos alejados de la moral y la ética. En estos tiempos efímeros parece que el Romanticismo no conjuga bien con lo tangible, y solo a costa de flechazos late. Como el que tuvo el pasado domingo en la plaza Sintagma.

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